Ofrece una excelente variedad de platos de mar al modo que dicta la tradición de la culinaria criolla peruana. Sin embargo, aquí encontrará tambien deliciosos platos al estilo japones como el sushi y el tempura. Las cocinas de la cuenca del Pacífico se fusionan en este lugar; recomendamos el cebiche al sillau, los camarones al ajo y la chita a la sal.
Su creador Humberto Sato, un apasionado de la cocina inspirado por su herencia familiar, ofrecía en sus inicios comida criolla, pero añadiendo siempre algún ingrediente japonés que le daba ese sabor original e inconfundible, lo que causó gran éxito en sus comensales.
Es así que decidió que la mayor parte de su carta esté constituida por un abanico de platos a base de pescados y mariscos frescos y preparados con una talentosa y delicada mezcla de sabores del lejano oriente y del Perú que producen infinito placer a quien los disfruta. El plato estrella (Y
quizá también el más caro, aunque rinda para dos personas) es la chita a la sal.
De aproximadamente un kilo, es cocida en horno convencional por 25 minutos
totalmente cubierta de sal. La presentación es sorprendente porque llega a la
mesa en llamas y el mozo realiza toda una ceremonia para quitar el espinazo y
servir el pescado troceado.
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